miércoles, 17 de junio de 2009

Que el Señor lo encuentre haciendo asi....


Recientemente, volví a leer la historia de la vida de George Muller, el cual en los mediados de 1830, cuidó de más de 2000 huérfanos en Inglaterra – todo con fe en Dios. Muller era conocido como el hombre que recibió respuestas a sus oraciones. Antes de morir, él había hecho una lista en su diario de más de 50,000 respuestas a la oración.


Cuando le preguntaron cómo él determinaba la voluntad de Dios en cualquier cosa, Muller hizo una lista de lo que él consideraba que era necesario:

1. “Yo pongo mi corazón en tal estado, que no tenga voluntad propia acerca de ninguna cosa.”

2. “Yo no dejo los resultados a las emociones o simples impresiones. Eso puede abrirlo a grandes desilusiones.”

3. “Yo busco la voluntad de Dios a través de, o en conexión con, su Palabra. Si usted busca al Espíritu sin la Palabra, usted se abre a la desilusión.”

4. "Yo considero las circunstancias providenciales (controladas por Dios).”

5. “Yo le pido a Dios en oración que me revele su voluntad.”

6. “Yo me aseguro que tengo una conciencia clara ante Dios y los hombres.”

7. “Cada vez que he escuchado a los hombres en lugar de Dios, he cometido errores serios.”

8. “Yo actúo sólo cuando estoy con paz, después de mucha oración, esperando en Dios con fe.”



Aquellos que caminan por fe, buscando sólo la voluntad perfecta de Dios, son dolorosamente probados y tratados. Más y más en mi propia vida, estoy encontrando cuán importante es la oración ferviente y la lectura de la Biblia. Tristemente, no muchos del pueblo de Dios oran diligentemente hoy en día. En lugar de orar, hay muchas horas de Televisión y poco de esperar en Dios.



Cuando yo me entrego a la oración, mi fe se levanta. Y cuando me alimento de la Palabra de Dios, mi confianza en su poder para guiarme y ayudarme aumenta. El Señor se vuelve mi banquero, mi consejero, mi abogado.

Que usted lo encuentre haciendo lo mismo por usted.

David Wilkerson


lunes, 15 de junio de 2009

EL Cielo



Pablo estaba agradecido por su vida, su llamado, su ministerio. Yo creo que él amaba al pueblo de Dios con una pasión. Pero a lo largo de sus años de ministerio, el continuo deseo de Pablo era irse a estar con el Señor. Su corazón simplemente estaba ansioso de estar allá.



El apóstol Pablo se refiere al cielo cuando él habla de haber sido llevado al paraíso. Él dice que vio y escuchó cosas allí que asombraron tanto su mente que él no tenía palabras para describirlo. Por la descripción de Pablo, usted percibe la idea que si él pudiese explicar lo que vio, nuestras mentes humanas no podrían entenderlo.



La Biblia nos dice que en el cielo nosotros gobernaremos con el Señor como “reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10). Estaremos como siervos allí y “sus siervos le servirán” (22:3).



Pablo jubilosamente dice, “Gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57). Muchos Cristianos citan este verso diariamente, refiriéndose a sus pruebas y tribulaciones. Pero el contexto en el cual Pablo está hablando, sugiere un significado más profundo. Tan sólo dos versos anteriores, Pablo declara, “Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (15:54-55).



Pablo estaba hablando elocuentemente sobre su anhelo por el cielo. Él escribió, “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial” (2 corintios 5:1-2, énfasis mío)



El apóstol luego añade, “pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (5:8).



De acuerdo a Pablo, el cielo – estar en la presencia del Señor por toda la eternidad – es algo que tenemos que desear con todo nuestro corazón.



Amado santo, haga del cielo su deseo ferviente. ¡Jesús está viniendo por aquéllos que anhelan estar con él allí!


David Wilkerson
(devocionales)